Embarazo y Lactancia - Publicado el 26 de julio de 2024
Alimentación prenatal y autismo
Un estudio recientemente publicado en JAMA, se propuso investigar la asociación entre la alimentación prenatal y el diagnóstico de autismo, así como rasgos asociados al autismo, en dos cohortes prospectivas, el Norwegian Mother, Father, and Child Cohort Study (MoBa) de Noruega y el Avon Longitudinal Study of Parents and Children (ALSPAC) de Inglaterra. Se reclutaron participantes entre 2002 y 2008 de la cohorte MoBa y entre 1990 y 1992 de la cohorte ALSPAC. Los niños fueron seguidos hasta los 8 o más años de edad.
Se incluyeron participantes con embarazos únicos, que hubieran respondido cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos por auto-reporte. En MoBa, las participantes embarazadas reportaron su alimentación habitual desde el momento de la concepción en un cuestionario de frecuencia de consumo semicuantitativo y validado, con 255 ítems. Mientras que en ALSPAC se utilizó un cuestionario de frecuencia de consumo no cuantitativo en el que se preguntó a las embarazadas sobre su ingesta en relación a 43 grupos de alimentos. En ambas cohortes se recolectó información de alimentos y bebidas, así como de suplementos dietarios consumidos habitualmente. La ingesta se expresó en frecuencia de consumo en ALSPAC y en gramos por día en MoBa. Se compararon los alimentos y bebidas usados en ambas cohortes y se obtuvo un patrón dietético saludable mediante un análisis factorial exploratorio con rotación varimax. El patrón dietético prenatal se calificó como saludable cuando era representativo de las directrices dietéticas nacionales y mundiales. En general, los patrones dietéticos tenían una alta carga de frutas, verduras, pescado, frutos secos y cereales integrales, y una carga baja de carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas y alimentos ricos en grasas y/o carbohidratos refinados. Además, la ingesta de nutrientes en todos los niveles de adherencia fue ampliamente coherente con las respectivas recomendaciones nutricionales nacionales de cada país.
MoBa incluyó 84548 embarazos (edad media [DE], 30,2 [4,6] años; 43277 [51,2%] nacidos varones) y ALSPAC tuvo 11760 embarazos (edad media [DE], 27,9 [4,7] años; 6034 [51,3%] nacidos varones). En los modelos finales ajustados, la alta adherencia a un patrón dietético prenatal saludable (HPDP), en comparación con la baja adherencia, se asoció con menores probabilidades de diagnóstico de autismo (OR, 0,78; IC del 95%, 0,66-0,92) y dificultades de comunicación social a la edad de 3 años en MoBa (OR 0,76; IC del 95%, 0,70-0,82) y a la edad de 8 años en ALSPAC (OR, 0,74; IC del 95%, 0,55-0,98).
En este estudio de cohortes de díadas madre-hijo, la probabilidad de diagnóstico de autismo se redujo en un 22% en asociación con una alta adherencia al HPDP. En cuanto a los rasgos asociados al autismo, se observó una asociación entre las dificultades de comunicación social y una mayor adherencia al HPDP, pero asociaciones inconsistentes con comportamientos restrictivos y repetitivos. Sin embargo, no es posible asegurar que las asociaciones observadas sean causales. Futuras investigaciones deberían corroborar estos hallazgos, considerando las inconsistencias con publicaciones previas y explorar si las asociaciones difieren según el grupo de alimentos.
Para más información, acceda al artículo original: https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2821339
Fuente: JAMA Network
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