Alimentos y Nutrientes - Publicado el 14 de junio de 2019
Comer carne roja aumenta hasta en un 13 % el riesgo de muerte prematura y ciertos tipos de cáncer: asegura nuevo estudio
Una nueva investigación, publicada en la revista médica especializada The BMJ este miércoles, muestra que el aumento del consumo de carne roja se asocia con un mayor riesgo de muerte, según el estudio realizado a 81.469 adultos.
Según los investigadores del estudio, una gran cantidad de evidencia ha demostrado que un mayor consumo de carne roja, especialmente la carne roja procesada, se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, incluido el cáncer colorrectal y mortalidad temprana.
Además que el consumo de carne roja procesada como jamón, tocino y salchichas, se ha asociado adicionalmente con otras enfermedades, incluída la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardíaca e hipertensión.
Además que los componentes de carnes rojas y procesadas, como los lípidos proatherosclerotic (por ejemplo grasa saturada), son carcinógenos potenciales (por ejemplo, hidrocarburos aromáticos policíclicos), sodio, y los conservantes podrían contribuir a los resultados adversos para la salud.
El nuevo estudio, realizado por investigadores en los Estados Unidos y China, analizó los cambios en el consumo de carne roja en adultos de mediana edad. Un estudio anterior, realizado por el mismo grupo de investigación, mostró que las carnes rojas y la carne procesada pueden contribuir a una muerte temprana, lo que sugiere que el riesgo podría aumentar hasta en un 13%.
Los investigadores siguieron a más de 53.000 enfermeras y a casi 28.000 profesionales de la salud por un período de ocho años, y cada cuatro años, completaban un cuestionario preguntando con qué frecuencia comían cada alimento del tamaño de una porción estándar en el año anterior.
En el transcurso del estudio, 14.019 personas murieron por enfermedades cardíacas, cáncer, enfermedades pulmonares o enfermedades neurodegenerativas.
Una vez que el equipo se ajustó a la edad, vio que aumentar la ingesta de carne roja en tres porciones y media por semana durante un período de ocho años daba como resultado un riesgo de muerte 10% mayor en los siguientes ocho años.
Los autores sugieren que la carne roja podría acelerar los procesos que conducen a enfermedades cardíacas, enfermedades pulmonares o demencia porque tienen un alto contenido de grasas saturadas, colesterol, sal y hierro.
En particular, el hecho de cambiar una porción de carne roja cada día por una porción de pescado se relacionó con un riesgo de muerte 17% menor.
Full Text https://www.bmj.com/content/365/bmj.l2110