Edulcorantes afectarían al microbioma y las respuestas glucémicas

Desde hace décadas, una de las estrategias dietéticas más comunes para combatir la obesidad y la hiperglucemia ha consistido en la sustitución del azúcar por edulcorantes no nutritivos como la sacarina, la sucralosa, el aspartamo, el acesulfame K y la estevia, que no contienen calorías y, por tanto, se supone que son inertes y no provocan una respuesta glucémica postprandial. 

Una investigación llevada a cabo por Eran Elinav, inmunólogo e investigador del microbioma en el Instituto Weizmann de Ciencias y el Centro Nacional Alemán del Cáncer (DKFZ), y su equipo habría demostrado que los edulcorantes no nutritivos afectan al microbioma. Para abordar esta cuestión, el equipo examinó a más de 1.300 personas que evitaban estrictamente los edulcorantes no nutritivos, e identificó una cohorte de 120 individuos.

Estos participantes se dividieron en seis grupos: dos de control y cuatro que consumían cantidades muy inferiores a las permitidas por la FDA de aspartamo, sacarina, estevia o sucralosa.

En los participantes que consumían edulcorantes no nutritivos, se pudieron identificar diferencias muy marcadas en la composición y función de los microbios intestinales, y las moléculas que secretan en la sangre periférica. 

Elinav señala que al observar los consumidores de edulcorantes no nutritivos como grupos, descubrieron que dos de los edulcorantes no nutritivos, la sacarina y la sucralosa, afectaban significativamente a la tolerancia a la glucosa en adultos sanos. Curiosamente, los cambios en los microbios estaban altamente correlacionados con las alteraciones observadas en las respuestas glucémicas de las personas.

En conclusión, el consumo de edulcorantes no nutritivos en humanos puede inducir alteraciones glucémicas específicas de la persona y dependientes del microbioma, lo que requiere una evaluación futura de las implicaciones clínicas.