Eficacia de intervenciones dietéticas estructuradas en la salud cardiovascular

La revista BMJ publicó recientemente  una revisión sistemática y metaanálisis en red, que se propuso determinar la eficacia relativa de distintos programas dietéticos y de estilo de vida estructurados para prevenir la mortalidad y eventos cardiovasculares mayores en pacientes con riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular.

Se incluyeron en el análisis ensayos aleatorizados controlados publicados en idioma inglés, realizados en adultos con riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular, que compararan al menos  un programa dietético estructurado con intervenciones mínimas (tales como folletos informativos), o con otras intervenciones para reducir el riesgo cardiovascular ( incluso otros programas dietéticos).  Los estudios seleccionados contaban con participantes con dos o más factores de riesgo cardiovascular establecidos, o enfermedad cardiovascular establecida. Además de la intervención dietética, podían incluir otro tipo de intervenciones tales como actividad física o apoyo a la modificación de conductas. La cesación tabáquica y el tratamiento farmacológico, se consideraron cointervenciones. Los estudios seleccionados debían tener una intervención con una duración mínima de nueve meses y reportar acerca de la incidencia de mortalidad cardiovascular por todas las causas o eventos cardiovasculares mayores. Los programas dietéticos se agruparon en las siguientes categorías: bajo en grasas, muy bajo en grasas, modificado en grasas, bajo en grasas y sodio, Mediterráneo, Ornish, Pritkin y de intervención mínima.

Conclusiones

Los programas dietéticos estructurados basados en la Dieta Mediterránea y en dietas bajas en grasas, con o sin actividad física u otras intervenciones en el estilo de vida, reducen la mortalidad por todas las causas y el infarto de miocardio en pacientes con riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular. Es probable también que los programas basados en la Dieta Mediterránea reduzcan el riesgo de accidente cerebrovascular. En general, otros patrones dietéticos no demostraron resultados superiores a una intervención mínima. Al comparar las intervenciones estructuradas basadas en Dieta Mediterránea con aquellas bajas en grasas, no se encontró evidencia convincente que demostrara superioridad de la Dieta Mediterránea sobre la dieta baja en grasas para prevenir la mortalidad o el infarto de miocardio. Otros programas dietéticos no mostraron  superioridad con respecto a intervenciones mínimas, excepto los programas que combinan dietas bajas en grasas y sodio para la prevención de íctus en pacientes con alto riesgo.