El hígado graso sería más común en hijos de madres con obesidad

A partir del estudio ESPRESSO, donde se recolectaron datos de biopsias de hígado de diferentes departamentos de patología de Suecia, los investigadores identificaron a todos los niños y adultos jóvenes nacidos después de 1992 que, después de la toma de muestras de tejido, fueron diagnosticados con enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Los niños (165 en total), promediaban los 12 años de edad. De estos niños, poco más del 60% eran niños y casi la mitad tenía hígado graso con fibrosis. El grupo de control estaba formado por niños y jóvenes sin hígado graso del mismo sexo y edad.

Luego, a partir del Registro Médico de Nacimientos de Suecia, los investigadores recolectaron información sobre el IMC de las madres durante el embarazo temprano. Los hijos de madres con un IMC superior a 30 tenían tres veces más probabilidades de ser diagnosticados con enfermedad del hígado graso en comparación con los hijos de madres con IMC normal durante el embarazo. Se consideraron además, otros factores importantes como la educación, el tabaquismo y el país de nacimiento.

Las limitaciones de este nuevo estudio son sobre todo la falta de datos sobre la ingesta alimentaria, el tipo de dieta y la actividad física, ya que dicha información no se encuentra disponible en los registros suecos.

“No podemos decir con certeza si el hallazgo es un efecto biológico de la obesidad materna en el feto en crecimiento, o si existen explicaciones socioeconómicas como una mayor ingesta de energía y un estilo de vida poco saludable después del nacimiento. Pero en cualquier caso, las mujeres embarazadas o futuras con obesidad deben recibir consejos sobre cómo pueden reducir el riesgo de que el niño desarrolle la enfermedad del hígado graso más adelante en la vida”, dice el autor principal del estudio, el Dr. Hannes Hagström, profesor asociado del Departamento de Medicina, Huddinge, Karolinska Institutet.

“Otras investigaciones han demostrado que tener sobrepeso en una etapa temprana de la vida aumenta el riesgo de enfermedad del hígado graso, pero nuestro estudio es el primero en investigar el efecto de la obesidad a lo largo de generaciones”, señala el último autor del estudio, Jonas F. Ludvigsson.