Habrían hallado una correlación entre la obesidad adolescente y el TDAH

Tanto la obesidad como las enfermedades mentales han aumentado entre los adolescentes durante el siglo XXI.  Aunque rara vez se ha estudiado, hace tiempo se observa una conexión entre obesidad y TDAH, depresión y trastornos alimentarios.

En esta investigación participaron 48 adolescentes (73% niñas), con una edad promedio de 15 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 42. La mitad de los participantes recibió tratamiento médico por obesidad, en tanto que la mitad restante se sometió a cirugía.

Para medir los síntomas de TDAH y autismo, se les solicitó a los padres de los pacientes estudiados, que completaran cuestionarios y además, los propios jóvenes respondieron a preguntas sobre atracones y síntomas de depresión.

Según esta investigación, más de la mitad de los padres (54%) habrían estimado que sus hijos podrían haber tenido dificultades que podrían asemejarse a las propias del TDAH y el autismo, a pesar de que solamente el 15% habría sido diagnosticado previamente.

"Los síntomas del TDAH significan que la persona tiene dificultad para controlar los impulsos. Esto aumenta el riesgo de comer sin tener hambre y la tendencia a optar por soluciones rápidas como la comida rápida ", comenta Kajsa Järvholm, una de las autoras del estudio.

"Las personas en el espectro autista a veces son más selectivas en su alimentación que otras. Solo aceptan ciertos platos, pero como resultado pueden comer más", señala.

Una quinta parte de los jóvenes estudiados refirió sufrir síntomas de depresión. Un tercio de ellos informaron también problemas con los atracones aunque, según comenta  Järvholm, los adolescentes con dificultades neuropsiquiátricas no tenían mayores problemas con los atracones y la depresión que otros adolescentes del grupo.

Los datos proporcionados por los padres y adolescentes habrían revelado que dos tercios de los pacientes del estudio tenían dificultades derivadas de problemas neuropsiquiátricos, atracones o depresión.

Los investigadores sostienen que los resultados del estudio revelarían la necesidad de personalizar los tratamientos para los jóvenes con obesidad severa, ya que muchos de ellos podrían presentar algún trastorno relacionado con la salud mental.