Ingesta de granos integrales y riesgo de obesidad

Se incluyeron 27862 participantes de la encuesta NHANES (2003-2018), 38,3% tenía obesidad generalizada mientras que 58,3% presentaba obesidad abdominal. La ingesta de granos enteros fue estimada en base a dos rondas de recordatorios de 24 horas. La obesidad fue categorizada según IMC y circunferencia de cintura.

Aquellos en los quintiles más elevados de ingesta de granos enteros presentaron menor prevalencia de obesidad en generalizada (OR 0.79; 95% CI 0.72–0.88) y obesidad abdominal (OR 0.80; 95% CI 0.73–0.89), en comparación con aquellos en los quintiles más bajos. Se observó una asociación dosis-respuesta inversamente lineal entre la ingesta de granos enteros y la prevalencia de obesidad generalizada y abdominal.

Además de la ingesta de cereales integrales en sí, también se indagó en la relación entre la proporción de cereales integrales sobre la ingesta total de cereales y la obesidad. Curiosamente, la proporción de granos integrales en la ingesta total de cereales guardaba una relación lineal con la obesidad central, pero existía una relación no lineal con la obesidad generalizada. Cuando la proporción de cereales integrales alcanzaba un determinado nivel (24% para el total de participantes, 44,2% para las participantes femeninas), el efecto de los cereales integrales sobre el control del peso dejaba de ser significativo. Este resultado sugiere que mantener una relación adecuada entre la cantidad de cereales integrales y la de refinados es más significativo para la obesidad, aunque la relación puede requerir nuevas investigaciones.

El estudio presenta limitaciones inherentes a su diseño transversal y a que está basado en población representativa de Estados Unidos.