Ingesta de prebióticos y cambios en los circuitos cerebrales de recompensa

Los prebióticos, componentes naturales de los alimentos de origen vegetal, juegan un rol central en la nutrición de las bacterias del microbioma intestinal.

Una nueva investigación sugiere que una dieta con alto aporte de prebióticos, podría conducir a reducir las señales cerebrales de recompensa ante la ingesta de alimentos altamente calóricos, aportando nuevas formas no invasivas de abordar el tratamiento y la prevención de la obesidad.

Estos hallazgos podrían implicar una conexión entre la salud de la microbiota y la forma en que el cerebro toma decisiones con respecto a la comida.

El estudio incluyó a 59 adultos de entre 18 y 45 años, con un IMC entre 25-30 kg/m2. Los participantes recibieron prebióticos y placebo de forma aleatoria por 14 días cada uno, seguidos de un periodo de wash-out de 2 semanas. La fibra prebiótica consistió en 30g de inulina al día (63 kcal, 26,7g de fibra), mientras que el placebo presentó igual aporte calórico en forma de 16g de maltodextrina (63 kcal, 0g de fibra), provistos como dos sachets diarios.

Se realizaron resonancias magnéticas durante las cuales los investigadores les mostraban imágenes de comidas a los participantes, al tiempo que les preguntaban por su nivel de deseo por comer esos platos. Una vez finalizada la resonancia, los participantes recibían aquel plato que más deseaban y se les pedía que lo ingirieran.

Las resonancias se realizaron en cuatro momentos: primero antes de comenzar el tratamiento con prebióticos, luego después de ingerir el prebiótico, seguido de una nueva resonancia antes y después de ingerir el placebo.

Se observó una reducción de la actividad de los centros cerebrales de recompensa cuando los participantes calificaban los alimentos con elevado aporte calórico luego de consumir prebióticos. Este cambio en la respuesta cerebral se acompañó de un cambio en la composición de la microbiota intestinal.