Enf. Renales - Publicado el 13 de agosto de 2024
Ingesta proteica en adultos mayores con enfermedad renal crónica
Mientras que el requerimiento proteico en adultos mayores (AM) puede ser mayor que en adultos más jóvenes, la elevada ingesta proteica podría acelerar la progresión de enfermedades incurables y con alta morbimortalidad.
Las guías actuales, sugieren una ingesta de proteínas mayor a 1,3 g/kg/d para los adultos con enfermedad renal crónica (ERC) en estadíos 1 y 2, mientras que para aquellos con ERC en estadíos 3-5 en tratamiento conservador, se sugiere restringir la ingesta proteica a 0,6 - 0,8 g/kg/d.
A pesar de los beneficios para adultos de todas las edades del control en la ingesta proteica, es preciso estudiar el impacto de limitar el consumo proteico en AM con ERC leve a moderada y en AM sin ERC. Las últimas actualizaciones dejan abierta la puerta para una ingesta proteica mayor en personas con patologías concomitantes tales como fragilidad y sarcopenia.
Se analizaron datos de tres cohortes para estimar la asociación entre la ingesta proteica total, animal y vegetal y la mortalidad general en AM con ERC en estadíos 1 - 3 y se compararon los resultados en AM sin ERC.
Entre los 14.399 participantes observados, 4789 tenían ERC. La edad media (DE) fue de 78,0 (7,2) años, y la distribución de la gravedad de la ERC fue la siguiente: 49 participantes con ERC (1,0%) estaban en estadio 1, 726 (15,2%) en estadio 2, 3.323 (69,4%) en estadio 3A y 691 (14,4%) en estadio 3B. La ingesta total media de proteínas de los participantes con ERC fue de 1,15 g/kg/día. Presentaron fragilidad 492 (9,4%) de los participantes con ERC y 306 (3,2%) de los participantes sin ERC.
Luego de un seguimiento máximo por 10 años, la ingesta proteica total más elevada, se asoció con mortalidad más baja entre los participantes con ERC. Para 1,00 frente a 0,80 g/kg/d de ingesta total de proteínas, el HR fue de 0,88 (IC 95%, 0,79-0,98); para 1,20 frente a 0,80 g/kg/d, 0,79 (IC 95%, 0,66-0,95); para 1,40 vs 0,80 g/kg/d, 0,73 (IC 95%, 0,57-0,92); y para 1,60 vs 0,80 g/kg/d 0,67 (IC 95%, 0,51-0,89). Las asociaciones fueron consistentes en los participantes menores de 75 años (HR, 0,94 [IC 95%, 0,85-1,04]) frente a 75 años o más (HR, 0,91 [IC 95%, 0,85-0,98]) por incremento de 0,20 g/kg/d, sin indicios de desviación de la linealidad.
Al examinar las fuentes de proteínas entre los participantes con ERC, las proteínas vegetales (HR, 0,80 [IC 95%, 0,65-0,98]) mostraron una asociación con la mortalidad comparable a la de las proteínas animales (HR, 0,88 [IC 95%, 0,81-0,95]) por incremento de 0,20 g/kg/d (p = 0,34 para la diferencia de coeficientes). La asociación de la proteína vegetal fue similar en los participantes menores de 75 años (HR, 0,78 [IC del 95%, 0,57-1,07]) frente a los de 75 años o más (0,81 [IC del 95%, 0,65-1,00]) por incremento de 0,20 g/kg/d en la ingesta de proteína vegetal (P para la interacción = 0,82). La asociación también fue similar para la ingesta de proteínas animales en los menores de 75 años (HR, 0,93 [IC 95%, 0,82-1,06]) y en los mayores de 75 años (HR, 0,87 [IC 95%, 0,80- 0,95]) por incremento de 0,20 g/kg/d (p para la interacción = 0,32). Las asociaciones con la mortalidad siguieron una tendencia lineal excepto para la ingesta de proteínas vegetales en los participantes menores de 75 años.
En este estudio de cohortes múltiples, una mayor ingesta de proteínas totales, animales y vegetales se asoció con una menor mortalidad en adultos mayores con ERC. Las asociaciones más fuertes en participantes sin ERC sugieren que los beneficios de las proteínas pueden superar a los riesgos en las personas mayores con ERC leve a moderada.
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Fuente: JAMA Network
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