Nutrición Infantil - Publicado el 19 de abril de 2022
La alimentación emocional de los niños en edad preescolar estaría determinada en parte por el impulso alimentario innato
Una investigación realizada por Rebecca Stone, encuestó a 185 madres de niños de entre tres y cinco años, preguntándoles sobre sus hábitos alimenticios y los de sus hijos, con el objetivo de ver cuánto de la alimentación emocional de los niños se explica por la forma en que las madres usan los alimentos como parte de las prácticas de crianza, así como por las actitudes de los niños hacia la comida en general.
Dentro de la encuesta, las madres debían responder cuánto comían ellas y sus hijos en respuesta a los estados emocionales. Además, se interrogó sobre cuánto motivaba a los niños la comida y cuánto los impulsaba a comer o pedir comida a lo largo del día, lo que se conoce como comportamiento de “enfoque de comida”.
Por otra parte la investigadora, preguntó específicamente si las madres utilizaban los alimentos para recompensar a los niños por su buen comportamiento o si restringían visiblemente el acceso, por ejemplo, teniendo alimentos en la casa pero prohibiéndolos.
Estas prácticas se han relacionado con una mayor alimentación emocional en los niños. Al analizar las respuestas, Stone encontró que los niños que estaban altamente motivados por la comida eran más propensos a captar el comportamiento alimentario emocional de sus padres.
Stone utilizó un método, conocido como análisis de mediación moderado, para determinar cómo interactuaban los diferentes aspectos de la relación: comer emocionalmente en la madre, cómo criaba al niño en torno a la comida, las tendencias de acercamiento a la comida del niño y comer emocionalmente.
La autora señaló: ”Nuestra investigación respalda la idea de que comer emocionalmente es un comportamiento aprendido que los niños suelen desarrollar en los años preescolares, pero que algunos niños son más vulnerables a desarrollar una alimentación emocional que otros”. Explicó además que “la investigación sugiere que restringir los alimentos frente a los niños que ya están más motivados por la comida tiende a ser contraproducente y hace que los niños anhelen aún más los alimentos restringidos. Lo que parece funcionar mejor se conoce como ‘restricción encubierta’: no permitir que los niños sepan que algunos alimentos están restringidos (por ejemplo, no comprar alimentos que no quiere que su hijo coma) y evitar instancias en las que tenga que decirles a los niños que no se les permiten ciertos alimentos”.
Full text: https://www.jandonline.org/action/showPdf?pii=S2212-2672%2822%2900068-5
Fuente: ScienceDaily
Para más información: https://www.sciencedaily.com/releases/2022/04/220413131205.htm