Diabetes - Publicado el 12 de noviembre de 2020

La diabetes tipo 2 podría influir en el contenido de bacterias en personas con obesidad

La diabetes tipo 2 podría influir en el contenido de bacterias en personas con obesidad

La obesidad es un factor de riesgo clave para el desarrollo de la diabetes mellitus tipo 2. Existe evidencia científica de que la disbiosis intestinal podría ser fundamental para esta relación, aunque en la actualidad, sigue siendo difícil saber si las firmas asociadas al intestino se translocan a los tejidos extraintestinales y cómo podrían afectar estos hechos al metabolismo.

En esta investigación, se realizó un análisis comparativo del perfil microbiano que se encuentra en el plasma, el hígado y en tres tejidos adiposos diferentes de pacientes con obesidad mórbida. Se exploró cómo estas firmas microbianas de los tejidos varían entre las personas con normoglucemia y las que tienen DMT2, emparejándose según el índice de masa corporal.

En este trabajo se han podido identificar firmas específicas de tejido con una carga bacteriana mayor en el hígado y en el tejido adiposo. Los comensales intestinales, pero también las bacterias ambientales, habrían mostrado una compartimentación específica del tejido si los pacientes presentaban diabetes tipo 2. 

Se proporcionaron pruebas sobre la colonización bacteriana compartimentada y/o deposición de fragmentos en tejidos extraintestinales, con mayor ARNr 16S encontrado de forma destacable, en el hígado, en comparación con los que se encuentran en el tejido adiposo mesentérico, subcutáneo y en el plasma de pacientes con obesidad mórbida. 

Los resultados obtenidos por estos autores apoyarían estudios previos que informan de la colonización en la sangre por las bacterias y en los tejidos. Además, sugieren que sería posible que las bacterias ambientales, estén presentes en los alimentos y en el agua y que puedan cruzar la barrera intestinal para acumularse en la sangre y en los órganos. La mayoría de las veces sería decisivo el medio ambiente de las bacterias que se encuentran cada vez más presentes en los pacientes con DMT2. 

La hiperglucemia disminuye la función de la barrera y, por lo tanto, las personas con diabetes pueden representar un grupo particularmente vulnerable que puede ser susceptible de translocación mediante las bacterias ingeridas. Las bacterias ambientales podrían eludir el filtro inmunológico del intestino más fácilmente que los comensales intestinales, ya que estos últimos contribuyen a la maduración de las respuestas inmunes en el huésped desde los primeros años de vida. Por lo tanto, podría ser posible que las células inmunes entéricas que residen en la lámina propia pudieran permitir el proceso de la bacteria muestreada del lumen para comenzar la respuesta inmunitaria y contribuir a la entrada de bacterias en el sistema, lo cual podría afectar a la deposición bacteriana en el tejido adiposo mesentérico.

La alteración de la inmunidad y la disbiosis microbiana intestinal son rasgos que estarían podrían marcar ciertos resultados metabólicos. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que las bacterias en el medio ambiente pueden alcanzar nichos específicos en el cuerpo y de esta forma, influir potencialmente en el control de la glucemia. 

Debido a estos hallazgos se justificaría la realización de nuevos estudios para confirmar la relevancia de estos resultados. 

En conclusión, en ese estudio se habrían proporcionado pruebas de la contaminación en firmas microbianas distintas en múltiples lugares del cuerpo de la misma compartimentación bacteriana individual y del tejido encontrado, así como en pacientes con DMT2 que padecen obesidad mórbida. Son necesarios nuevos estudios para identificar los efectos fisiológicos que predisponen a la translocación bacteriana y para investigar hasta qué punto las bacterias vivas o los componentes bacterianos podrían encontrarse en los tejidos metabólicamente relevantes y que podrían estar relacionados con la DMT2. Sería de gran importancia identificar las bacterias o los componentes del estado bacteriano que preservan la regulación de la glucosa en individuos con normoglucemia y con obesidad mórbida.

Full text: https://www.nature.com/articles/s42255-020-0178-9