Obesidad - Publicado el 31 de marzo de 2022
La falta de sueño podría aumentar la obesidad abdominal visceral
La falta de sueño suficiente es a menudo una elección de comportamiento, y esta elección se ha vuelto cada vez más generalizada. Frecuentemente se debe al trabajo por turnos y al uso de dispositivos y redes sociales durante los horarios habituales de sueño. Las personas tienden a comer más durante las horas más largas de vigilia sin aumentar la actividad física.
Un nuevo estudio publicado el Journal of the American College of Cardiology tuvo como propósito investigar los efectos de la restricción del sueño inducida experimentalmente en el marco del libre acceso a los alimentos sobre la ingesta de energía, el gasto de energía y la composición corporal regional.
Los hallazgos de un estudio cruzado controlado aleatorio publicado en y dirigido por Naima Covassin, Ph.D., investigadora de medicina cardiovascular en Mayo Clinic, indicarían que la falta de sueño suficiente podría conducir a un aumento del 9 % en el área de grasa abdominal total y un aumento del 11 % en la grasa visceral abdominal, en comparación con el sueño de control.
La investigación se realizó sobre doce individuos sanos, no obesos (9 hombres, rango de edad de 19 a 39 años) que completaron un estudio aleatorizado, controlado, cruzado, de 21 días de hospitalización que comprendió 4 días de aclimatación, 14 días de restricción experimental del sueño (oportunidad de dormir 4 horas) o sueño de control (oportunidad de dormir 9 horas) y un segmento de recuperación de 3 días.
Cada grupo tuvo acceso a la libre elección de alimentos durante todo el estudio. Los investigadores monitorearon y midieron la ingesta de energía, gasto de energía, peso corporal, composición corporal, distribución de grasa, incluida la grasa visceral o grasa dentro del vientre y biomarcadores circulantes del apetito.
Los sujetos incluidos en el estudio consumieron más de 300 calorías adicionales por día durante la restricción del sueño, consumiendo aproximadamente un 13 % más de proteínas y un 17 % más de grasas, en comparación con la etapa de aclimatación. Ese incremento en el consumo fue más alto en los primeros días de privación del sueño y luego disminuyó a los niveles iniciales durante el período de recuperación. El gasto de energía se mantuvo prácticamente igual en todo momento.
"Nuestros hallazgos muestran que el sueño más corto, incluso en sujetos jóvenes, sanos y relativamente delgados, se asocia con un aumento en la ingesta de calorías, un aumento muy pequeño de peso y un aumento significativo en la acumulación de grasa dentro del vientre", señala Virend Somers, investigador principal del estudio.
En conclusión, este estudio indicaría que la restricción del sueño combinada con alimentos ad libitum promueve la ingesta excesiva de energía sin variar el gasto de energía. El aumento de peso y, en particular, la acumulación central de grasa indican que la pérdida de sueño predispone a la obesidad abdominal visceral.
Abstract: https://doi.org/10.1016/j.jacc.2022.01.038
Fuente: IntraMed
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