- Publicado el 24 de agosto de 2022
La preferencia por ciertos alimentos estaría en nuestros genes
Científicos de la Universidad de Edimburgo y Human Technopole, Milán, estudiaron la preferencia de más de 150.000 personas por 137 alimentos y bebidas diferentes.
Los investigadores han identificado cientos de variantes genéticas relacionadas con el gusto por alimentos específicos, incluidas las relacionadas con una apreciación especial por el anís, los aguacates o paltas, los chiles, la carne, el pescado azul y muchos más. Específicamente en este estudio, se encontraron 401 variantes genéticas que habrían influido en los alimentos que les gustaban a los participantes. Muchas de estas variantes afectaron a más de un rasgo de gusto por los alimentos y algunas solo a un alimento en particular
Para realizar este estudio, los autores utilizaron cuestionarios y análisis genéticos para desarrollar el llamado “mapa de alimentos”, que muestra cómo la apreciación de los participantes por grupos de alimentos y sabores específicos estaría influenciada por variantes genéticas similares.
El mapa elaborado, muestra tres grupos principales de alimentos que comparten un componente genético similar. Un grupo está formado por alimentos ricos en calorías y muy sabrosos, como carnes, lácteos y postres; otro grupo consiste en alimentos de sabor fuerte que se conocen como “adquiridos”, incluidos el alcohol y las verduras picantes; y un tercer grupo contiene alimentos bajos en calorías como frutas y verduras.
Según el presente estudio, los tres grupos de alimentos también compartirían genes que se sabe que están asociados con distintos rasgos de salud. Por ejemplo, los alimentos ricos en calorías estarían influenciados por las mismas variantes genéticas también relacionadas con la obesidad y bajo nivel de actividad física. Una mayor preferencia por frutas y verduras está influenciada por las mismas variantes que se relacionan con mayores niveles de actividad física. Y un mayor gusto por los gustos “adquiridos” está genéticamente asociado con un perfil de colesterol más saludable y una mayor actividad física, pero también con una mayor probabilidad de fumar y consumir alcohol. Sin embargo, el equipo se sorprendió al encontrar diferencias genéticas entre el gusto por subconjuntos de alimentos dentro de la misma categoría. Por ejemplo, encontraron una relación débil entre los genes asociados con las verduras cocidas y para ensaladas y los genes relacionados con las verduras de sabor más fuerte, como las espinacas y los espárragos.
El estudio sugiere además, que existen procesos biológicos independientes que subyacen al gusto por los alimentos muy sabrosos o ricos en calorías. Las resonancias magnéticas encontraron una correlación entre la parte del cerebro involucrada con el procesamiento del placer y la variación genética relacionada con los alimentos muy sabrosos, mientras que los alimentos bajos en calorías y de sabor fuerte se correlacionaron con áreas del cerebro asociadas con la toma de decisiones.
Los autores sostienen que la investigación podría ayudar a desarrollar productos alimenticios más saludables y más aceptados, mejorar las intervenciones dietéticas y potencialmente conducir al desarrollo de medicamentos para ayudar a las personas extremadamente obesas a perder peso.
Full text: https://www.nature.com/articles/s41467-022-30187-w
Fuente: Medicalxpress
Para más información: https://medicalxpress.com/news/2022-08-specialty-foods-genes.html