- Publicado el 05 de agosto de 2022
Primera guía completa para el manejo de la anorexia en el embarazo
Las mujeres embarazadas con anorexia nerviosa corren un mayor riesgo de tener un mal resultado sin existir directrices claras sobre el tratamiento de esta enfermedad. En los últimos años se ha producido un fuerte aumento de mujeres que se presentan en el embarazo con un Índice de Masa Corporal (IMC) muy bajo y con anorexia nerviosa actual que requiere tratamiento en el embarazo.
Hay muy poca información al respecto, los investigadores señalan que la anorexia nerviosa en el embarazo se asocia con un mayor riesgo de complicaciones en el embarazo y peores resultados para los bebés y que medidas como el IMC son menos precisas en el embarazo para evaluar la gravedad o el cambio de la anorexia nerviosa. La anorexia en el embarazo requiere una atención multidisciplinar que tenga en cuenta los cambios fisiológicos sustanciales para las mujeres y los requisitos para controlar el crecimiento y el desarrollo del feto.
Se recomienda controlar lo siguiente: concentración de sodio, potasio, magnesio, fosfato y cloruro, estado del hierro, vitamina D y densidad ósea, función hepática, marcadores inflamatorios, función cardiaca, presiona arterial y frecuencia cardiaca. A pesar de estas recomendaciones, sigue siendo necesaria una considerable adaptación a las presentaciones y circunstancias individuales y esto se hace mejor con un servicio de maternidad que gestiona otros embarazos de alto riesgo, como a través de los equipos de medicina materno-fetal.
A pesar de que las exigencias físicas del embarazo pueden ser agotadoras, el deseo de tener un hijo puede ser un fuerte motivador para que las pacientes realicen los cambios necesarios para recuperarse.
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Fuente: Medscape
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