Obesidad - Publicado el 16 de febrero de 2021
Cómo el cerebro de las personas con obesidad funciona de modo distinto frente a la comida al de quienes tienen un peso saludable
En un trabajo recientemente publicado en la revista International Journal of Obesity, titulado “Stressing diets? Amygdala networks, cumulative cortisol, and weight loss in adolescents with excess weight”, los investigadores de la Universidad de Granada han revelado que perder menos peso tras una dieta en la adolescencia estaría relacionado con que las áreas cerebrales de la motivación por comer y del efecto recompensante de la comida mantengan una conexión mayor.
Estos resultados se sumarían a los anteriormente obtenidos por el grupo Neuropsicología y Psiconeuroinmunología Aplicadas en su línea de investigación sobre adolescentes y adultos para mostrar cómo el cerebro de las personas con exceso de peso funcionaría de manera diferente al de las personas con peso saludable en relación a la alimentación.
“Ante comida altamente apetitosa y cuando las personas con obesidad tienen que tomar decisiones relacionadas con la selección de alimentos, a nivel cerebral se activan en mayor medida los circuitos de la impulsividad y menos los de la reflexión”, señaló la autora Raquel Vilar López, investigadora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UGR.
Además de las variaciones en la activación cerebral, varias áreas cerebrales de los individuos con exceso de peso se diferencian en la forma de conectarse y en el grosor de la corteza cerebral. Estas diferencias, que podrían estar relacionadas con un consumo muy elevado en grasas, tienen relación con la dificultad para seguir un plan de alimentación y realizar ejercicio físico, y por tanto con la reducción de peso.
Sobre esta base, los investigadores Raquel Vilar y Alfonso Caracuel, en colaboración con dos grupos internacionales, han comenzado recientemente un proyecto para realizar una intervención contra el exceso de peso. Para ello, combinarían entrenamientos que, por separado, habrían mostrado eficacia para modificar aspectos alterados del funcionamiento de los circuitos cerebrales implicados en el sobrepeso y la obesidad, y que además, se podrían aplicar de forma remota o presencial.
Abstract: https://www.nature.com/articles/s41366-020-0633-4