El consumo de proteína animal se asocia a una menor mortalidad en adultos mayores.

Según un estudio de la InCHIANTI manifestó que, debido al efecto protector de la proteína animal sobre la fuerza muscular, fragilidad, sarcopenia y respuesta inmunitaria es que puede estar inversamente relacionado con la mortalidad.

Se realizó un estudio donde se ha seguido durante 20 años a 1,139 participantes de 65 años o más con datos completos sobre la ingesta de alimentos. Las necesidades totales de proteínas en este sector de la población son mayores que en adultos de mediana edad, pero su ingesta suele ser inadecuada por lo que el objetivo de este estudio fue evaluar las asociaciones a lago plazo de la ingesta de proteínas animales y vegetales con la mortalidad en adultos mayores.

Durante estos 20 años de seguimiento se registraron 811 muertes por causas cardiovasculares y cáncer y la ingesta de proteína animal se asoció inversamente con la mortalidad por cualquier causa. La proteína vegana no mostró asociación con mortalidad, pero sí una interacción con la hipertensión observándose un moderado efecto protector de la proteína vegetal en las participantes con hipertensión. Sin embargo, en el estudio no fue posible determinar si el efecto protector de la proteína se debe a la calidad proteica o al mayor contenido de proteína de los alimentos de origen vegetal.

Aún se necesitan más estudios para ofrecer recomendaciones sobre la ingesta de proteínas en la dieta de los mayores.