Nutrición Infantil - Publicado el 04 de marzo de 2021
La OMS señala que sólo el 22,6% de los niños europeos consume verduras a diario
Los resultados del estudio presentado por la OMS destacan la necesidad de tomar acción de forma urgente a fin de promover hábitos alimenticios saludables entre los niños en todos los países europeos, especialmente para aumentar el consumo diario de frutas y verduras frescas.
"Una dieta saludable incluye un alto consumo de frutas y verduras frescas, el desayuno diario y desalentar el consumo rutinario de alimentos pobres en nutrientes que tienen un alto contenido de azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sal", comentó Kremlin Wickramasinghe, director interino del programa Nutrición, actividad física y obesidad de la OMS/Europa.
El trabajo, publicado en la revista 'Nutrients', señala además que el 10,3 % de los niños consume bocadillos dulces y el 9,4 % refrescos a diario, si bien, existirían diferencias significativas enlos hábitos alimentarios entre diferentes países.
"Una dieta saludable es especialmente importante para los niños en edad escolar primaria. Establecer buenos hábitos de nutrición en una etapa temprana de la vida puede disminuir sustancialmente los riesgos de obesidad y sobrepeso infantil, y puede conducir a una mejor salud en los próximos años", subrayó Carina Ferreira-Borges, directora interina de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles.
Entre las medidas sugeridas por el organismo, se ha pedido a los países la regulación de la comercialización de alimentos y bebidas no saludables para niños; implementación de reglas de etiquetado; la reformulación de alimentos con alto contenido de azúcar, grasa y sal; e introducción de incentivos fiscales como la implementación de un impuesto sobre las bebidas azucaradas.
Debe facilitarse además el acceso a alimentos saludables y nutritivos en las escuelas y otras instituciones públicas, mediante la implementación de políticas públicas de servicios y compras de alimentos saludables, y en las comunidades desatendidas. Deben apoyarse además las iniciativas de seguimiento de los hábitos alimentarios de los niños, las mediciones antropométricas y los entornos alimentarios para controlar los impactos de las políticas.
Full text: https://www.mdpi.com/2072-6643/12/8/2481/htm