Otros - Publicado el 03 de mayo de 2024
Nutrición trófica en pacientes con oxigenoterapia en UTI
Un estudio de cohortes, prospectivo, observacional y multicéntrico llevado adelante en 10 unidades de terapia intensiva (UTI) de España, analizó por 90 días la mortalidad, tolerancia, efectos adversos y complicaciones infecciosas de la nutrición enteral (NE) trófica en pacientes bien nutridos, con requerimiento de cánula nasal de alto flujo y/o ventilación mecánica no invasiva.
El tratamiento nutricional se administró sobre la base de una cantidad trófica definida (objetivo energético del 20-30% de las necesidades calóricas estimadas de 20-30 kcal/kg y una ingesta proteica de 1,2 a 2,0 g/kg/día, que debía alcanzarse en las 72 horas siguientes al inicio de la terapia nutricional). La vía de acceso para el soporte nutricional fue por vía oral o por sonda nasogástrica (SNG).
El ritmo de inicio y aumento de las ingestas quedó a discreción de cada UTI participante. Los procinéticos y la nutrición parenteral (NP) no debían utilizarse de forma rutinaria, y su indicación quedaba a discreción del médico tratante. Se utilizó una fórmula nutricional hiperproteica (10 g/100 mL), con un aporte calórico de 1,2 kcal/mL y una relación calorías no proteicas/nitrógeno de 52:1. La NE se administró a través de bomba de infusión continua en 23 horas diarias, u oralmente, según requerimiento del paciente, hasta alcanzar la meta diaria. Se mantuvo la alimentación trófica por no más de 7 días luego de su inicio.
Participaron del estudio 149 pacientes. Un total de 110 pacientes recibieron alimentación trófica oral, 36 pacientes recibieron alimentación por sonda nasogástrica (SNG) y 3 recibieron alimentación mixta. Sólo se interrumpió la NE trófica en diez (14,9%) pacientes debido a complicaciones relacionadas con la alimentación. Las variables seleccionadas para la regresión logística multivariante sobre la interrupción de la alimentación fueron el score SOFA al ingreso (OR por unidad = 1,461) y la urea (OR por mg/dL = 1,029). El promedio de edad, scores de severidad, traqueobronquitis, bacteriemia y terapia antimicrobiana resultaron significativamente mayores en pacientes fallecidos que en los sobrevivientes (p < 0,05) y la tasa de mortalidad fue de 14,8%.
No hubo diferencias significativas en el desarrollo de nuevas infecciones según la vía de administración de la NE.
Se observó que la administración de nutrición con fines tróficos en esta cohorte de pacientes críticos, bien nutridos al ingreso, y con requerimiento de oxigenoterapia no invasiva, resultó factible y segura. El objetivo principal fue estudiar la mortalidad a 90 días y se observó que, aun tratándose de un grupo de pacientes críticos con difícil manejo nutricional, la mortalidad fue baja (14,8%), tal y como se ha encontrado en otros estudios sobre nutrición trófica en pacientes internados en UTI, demostrando que el uso de alimentación trófica o completa en este tipo de pacientes, independientemente de su riesgo nutricional, no tuvo efecto sobre los resultados clínicos.
La dieta elegida era nutricionalmente completa, rica en proteínas, a base de péptidos de suero de leche, baja en fibra, y tenía un contenido reducido de grasa del 24% de la energía. Al tratarse de una fórmula hiperproteica administrada a dosis tróficas, el volumen de la dieta administrada fue bajo, de 450 ml, facilitando así la tolerancia alimentaria y no interferir con la modalidad de oxigenoterapia utilizada con estos pacientes. Además, se proporcionó un promedio diario de 50 g de proteínas.
Se observó preferencia de los pacientes por la administración de nutrición oral (76,9%) frente a la SNG y la viabilidad de este método de administración sin aumentar el riesgo de efectos secundarios graves.
Los efectos adversos observados y descritos causados por el uso de este tipo de nutrición que pudieran comprometer la seguridad de los pacientes fueron escasos y no dieron lugar a complicaciones intratables, sino a la interrupción de la terapia enteral. Provocaron la interrupción de la administración de nutrición trófica en diez de los treinta pacientes que presentaron efectos adversos.
La diarrea en siete casos y la distensión abdominal en dos, fueron los principales factores que se asociaron significativamente a una interrupción de la alimentación (p < 0,05).
Para más información, diríjase al artículo original: https://www.mdpi.com/2072-6643/16/9/1366
Fuente: Nutrients
Para más información: https://www.mdpi.com/journal/nutrients